Thailand: the center of human trafficking in Asia
As July 30 is the World Day Against Trafficking in Persons, we would like to focus on the terrible reality of this crime in Thailand, with the purpose of raising awareness about the situation of victims of human trafficking in that country.
The United Nations defines trafficking in persons as “the transportation of persons by means of force or other forms of coercion, abduction, fraud, deception, abuse of power or position of vulnerability for the purpose of exploitation”.
Tens of thousands of people are trafficked every year in Thailand
For years, Thailand has been singled out as the main hub of human trafficking in Asia. There are no precise figures, but the U.S. State Department estimates that at least tens of thousands of people fall victim to the country's human trafficking networks each year. In fact, the country received the worst possible rating in a U.S. government report for being a “source, destination and transit country for men, women and children subjected to forced labor and sex trafficking”.
The European Union has also denounced the practices in the Asian country and imposed a “yellow card” on Thailand for violation of human rights and international law in the fishing sector, one of the main clients of these networks, along with prostitution, construction and domestic service. This card is a warning before imposing sanctions on the import into Europe of fishery products of Thai origin.
In May 2015, the discovery of several mass graves in southern Thailand, where more than 30 bodies were found, belonging to illegal immigrants who were being held by traffickers awaiting ransom payments from their families, caused great commotion.
The case of Samat Senasuk
A report in the newspaper El Confidencial revealed the heartbreaking story of Samat Senasuk. After the economic crisis of 2008 and losing his job as a security guard in an office building in Bangkok, Samat was enlisted on a fishing boat, most of the time against his will.
He had been offered good pay. However, the salary turned out to be 3,000 baht per month (US$80), one third of the legal minimum wage in Thailand. The money was also retained by the company until the end of a contract that lasted indefinitely.
To his meager salary, Senasuk also had to deduct the fee taken by the agent who had sold him, some 25,000 baht (US$667), and add the captain's beatings and the few hours of sleep - often no more than four hours a day - after endless days of collecting fish.
After waiting for the Ministry of Labor to finish reviewing his case so that he could collect the wages he was owed, Samat longed only to return home to his family, six years after being practically kidnapped on the fishing boat.
Slavery is a historical tradition in Thailand
Slavery and trafficking have existed for centuries in Thailand. In fact, slavery was legal until 1905, when the then King Rama V officially abolished it and the slaves were freed. Many women were legally bought and sexually exploited. However, the new regulation changed their situation little and most ended up in brothels, which, until 1960, were permitted. The passage of soldiers through the region during World War II and the Vietnam War fed the brothels and, with them, the networks of buying and selling people.
However, trafficking to fishing boats is more recent and began in the late 1990s, when a typhoon sank more than 200 boats with their entire crews, according to a report by the International Organization for Migration. More than 450 people died and 600 went missing. After the tragedy, Thais refused to return to work on the ships and the industry had to look to neighboring countries, mainly Myanmar and Cambodia, for hands to replace the locals.
Today, numerous reports and studies published by various NGOs and the International Labor Organization describe the fishing industry as a large trafficking network that uses the lack of control on ships operating in international waters to force its workers and prevent them from leaving their jobs.
A worldwide problem
Globally, one in every three victims detected is a child. The share of children among detected trafficking victims has tripled, while the share of boys has increased five times over the past 15 years.
In 2018 about 50,000 human trafficking victims were detected and reported by 148 countries. 50 per cent of detected victims were trafficked for sexual exploitation, while 38 per cent were exploited for forced labour.
Female victims continue to be the primary targets. Women make up 46% and girls 19% of all victims of trafficking.
By: Juan Carlos Ugarelli
07/29/2022
Tailandia: el centro de la trata de personas en Asia
Dado que el 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, queremos enfocarnos sobre la terrible realidad de ese delito en Tailandia, con el propósito de crear conciencia sobre la situación de las víctimas del tráfico humano en ese país.
Naciones Unidas define la trata de personas como “el transporte de personas utilizando la fuerza u otras formas de coerción, rapto, fraude, decepción, abuso de poder o posición de vulnerabilidad con el objetivo de explotarlas”.
Decenas de miles de personas son víctimas de la trata cada año en Tailandia
Durante años, Tailandia ha sido señalada como el principal centro de la trata de personas en Asia. No existen cifras precisas, pero el Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que al menos decenas de miles de personas son víctimas cada año de las redes de venta de personas del país. De hecho, el país recibió en un informe del Gobierno estadounidense la peor calificación posible por ser “fuente, destino y país de tránsito para hombres, mujeres y niños sometidos a trabajos forzados y tráfico sexual”.
La Unión Europea también ha denunciado las prácticas en el país asiático e impuso una “tarjeta amarilla” a Tailandia por la violación de derechos humanos y de la legislación internacional en el sector de la pesca, uno de los principales clientes de estas redes, junto a la prostitución, la construcción y el servicio doméstico. Esta tarjeta supone un aviso antes de imponer sanciones a la importación en Europa de productos pesqueros de origen tailandés.
En mayo de 2015, causó gran conmoción la aparición de varias fosas comunes en el sur de Tailandia, donde se hallaban más de 30 cuerpos, pertenecientes a inmigrantes ilegales que eran retenidos por traficantes en espera del pago de un rescate por parte de sus familias.
El caso de Samat Senasuk
Un reportaje del diario El Confidencial reveló la desoladora historia de Samat Senasuk. Luego de la crisis económica de 2008 y de perder su trabajo como guardia de seguridad en un edificio de oficinas en Bangkok, Samat fue enrolado en un barco de pesca, la mayor parte del tiempo en contra de su voluntad.
Le habían ofrecido un buen pago. Sin embargo, el sueldo resultó ser de 3.000 baths al mes (80 dólares), una tercera parte del sueldo mínimo legal en Tailandia. El dinero era además retenido por la empresa hasta el final de un contrato que se alargaba de forma indefinida.
A su magro salario, Senasuk tenía que descontarle además la tarifa que se llevaba el agente que lo había vendido, unos 25.000 baths (667 dólares) y sumarle las palizas del capitán y las pocas horas de sueño –a menudo no más de cuatro horas al día– tras interminables jornadas de recoger pescado.
Tras esperar que el Ministerio de Trabajo termine de revisar su caso para poder cobrar el salario que le debían, Samat solo anhelaba volver a casa con su familia, seis años después de haber estado prácticamente secuestrado en el barco pesquero.
La esclavitud es una tradición histórica en Tailandia
La esclavitud y la trata han existido durante siglos en Tailandia. De hecho, la esclavitud fue legal hasta 1905, cuando el entonces rey Rama V la abolió oficialmente y los esclavos fueron liberados. Muchas mujeres eran compradas y explotadas sexualmente de forma legal. Sin embargo, la nueva regulación cambió poco su situación y la mayoría acabó en burdeles que, en hasta 1960, estaban permitidos. El paso de los soldados por la región durante la II Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam alimentó los prostíbulos y, con ellos, las redes de compra y venta de personas.
Sin embargo, la trata hacia los barcos de pesca es más reciente y comenzó a finales de los años 90, cuando un tifón hundió más de 200 barcos con toda su tripulación, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones. Más de 450 personas murieron y 600 desaparecieron. Tras la tragedia, los tailandeses se negaron a volver a trabajar en los barcos y la industria tuvo que buscar en los países vecinos, principalmente Myanmar y Camboya, manos que reemplazaran a las locales.
Hoy en día, numerosos informes y estudios publicados por diversas ONG y por la Organización Internacional del Trabajo, describen el sector pesquero como una gran red de trata que se sirve de la falta de control en los barcos que faenan en aguas internacionales para forzar a sus trabajadores e impedir que abandonen sus puestos.
Una problemática mundial
A nivel mundial, una de cada tres víctimas detectadas de trata de personas es un niño. La proporción de niños y niñas entre las víctimas se ha triplicado, mientras que la proporción de niños varones ha aumentado cinco veces en los últimos 15 años.
En 2018, hubo alrededor de 50.000 víctimas de la trata de personas y 148 países denunciaron su existencia. El 50 % de las víctimas detectadas fueron objeto de trata con fines de explotación sexual y el 38 % fueron explotadas para realizar trabajos forzosos.
Las mujeres siguen siendo las principales víctimas. Las mujeres representan el 46 % y las niñas el 19 % de todas las víctimas de la trata.
Por: Juan Carlos Ugarelli
29/07/2022