Day to Combat Depression: Breaking down the stigmas

The World Day to Combat Depression is commemorated on January 13. It is a propitious occasion to remember and become aware that this disease can affect anyone, regardless of age, gender or socioeconomic level.

Depression interferes with people's daily lives and affects their ability to work, study, relate to others and enjoy life.

According to the International Red Cross, some of the most frequent symptoms are: sadness, irritability, excessive feelings of worthlessness or guilt, apathy, loss of energy and the ability to experience pleasure, low self-esteem, sleep disorders and difficulty concentrating.

Depression has a significant impact on mortality (death) and morbidity (illness) rates.

Breaking down stigmas about depression

It is of utmost importance to break down the myths and taboos about mental health disorders, as sufferers are often stigmatized and discriminated against, which negatively affects their recovery.

Depression is not synonymous with frailty or lack of willpower. Depression is an illness caused by a combination of biological, psychological and social factors.

Early detection and multidisciplinary treatment will favor recovery and improve the quality of life of the sufferer and their loved ones.

Since the start of the COVID-19 pandemic, depressive disorders have increased significantly, and to a greater extent in women and young people, due to the greater impact of the social and economic consequences of the pandemic on these groups.

Depression affects people of all ages

Children can also feel depressed. In childhood, depression usually manifests itself in increased irritability, lower frustration tolerance, frequent crying, decreased or absent play, persistent apathy or boredom, difficulty concentrating, and eating or sleeping disorders.

It is important to observe in adolescents (in addition to the general symptoms already indicated) if there is refusal to go to school, withdrawal, excessive use of alcohol and/or drugs, self-injury or suicidal ideation.

Promoting mental health in childhood is very important. To do this, we must create a bond of security and trust between children and their caregivers, in addition to enjoying free time with games and play activities.

In older adults, social bonds are a protective factor against depression and cognitive deterioration. Depression and loneliness increase the risk factors associated with aging.

The health crisis resulting from the COVID-19 pandemic, the confinement and the subsequent return to normality has increased the cases of unwanted loneliness, which many elderly people were already suffering from. Those who were already suffering from loneliness have seen it worsen to the point of exclusion; and people who were not in a severe situation now suffer the consequences and see their quality of life worsen as well.

Shame or fear to talk about this situation and to talk about loneliness for fear of being judged or stigmatized, is the most common cause of the invisibility of this problem that affects an increasing number of people worldwide.

Remember that asking for help is the first step in dealing with depression. When in doubt, it is always advisable to consult with a health professional in order to receive treatment that will contribute to the patient's recovery.

By: Juan Carlos Ugarelli

01/13/2023

Día de Lucha contra la Depresión: Derribemos los estigmas

El Día Mundial de la Lucha contra la Depresión se conmemora el 13 de enero. Es una ocasión propicia para recordar y tomar conciencia que esta enfermedad puede afectar a cualquier persona, sin distinción de edad, género o nivel socioeconómico.

La depresión interfiere en la vida cotidiana de las personas y afecta a su capacidad para trabajar, estudiar, relacionarse con los demás y disfrutar de la vida.

De acuerdo a la Cruz Roja Internacional, algunos de los síntomas más frecuentes son: tristeza, irritabilidad, sentimientos excesivos de inutilidad o de culpa, apatía, pérdida de energía y de la capacidad para experimentar placer, baja autoestima, trastornos del sueño y dificultad para concentrarse.

La depresión incide significativamente en las tasas de mortalidad (fallecimientos) y morbilidad (enfermedad).

Derribemos los estigmas sobre la depresión

Es de suma importancia derribar los mitos y tabúes que hay sobre los trastornos de salud mental, puesto que las personas que los padecen son frecuentemente estigmatizadas y discriminadas, lo que afecta negativamente a su recuperación.

La depresión no es sinónimo de fragilidad ni de falta de voluntad. La depresión es una enfermedad causada por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.

La detección temprana y el tratamiento multidisciplinar favorecerán la recuperación y la mejora de la calidad de vida de quien la padece y de sus seres queridos.

Desde que empezó la pandemia de COVID-19, los trastornos depresivos han aumentado significativamente, haciéndolo en mayor medida en mujeres y en jóvenes, debido al mayor impacto que tuvieron en estos colectivos las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.

La depresión afecta a personas de toda edad

Los niños y las niñas también pueden sentirse deprimidos. En la niñez, la depresión suele manifestarse en una mayor irritabilidad, menor tolerancia a la frustración, llanto frecuente, disminución o ausencia del juego, apatía o aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse y trastornos de la alimentación o del sueño.

Es importante observar en adolescentes (además de los síntomas generales ya indicados) si hay negativa de ir a la escuela, retraimiento, uso excesivo de alcohol y/o drogas, autolesiones o ideas suicidas.

Fomentar la salud mental en la infancia es muy importante. Para ello, debemos crear un vínculo de seguridad y confianza entre los niños y las niñas y las personas que los cuidan, además de disfrutar del tiempo libre con juegos y actividades lúdicas.

En los adultos mayores, los vínculos sociales constituyen un factor de protección frente a la depresión y al deterioro cognitivo. La depresión y la soledad potencian los factores de riesgo ligados al envejecimiento.

La crisis sanitaria derivada de la pandemia de COVID-19, el confinamiento y la posterior recuperación de la normalidad ha incrementado los casos de soledad no deseada, que muchas personas mayores ya padecían. Quienes ya la vivían, la ven agravada hasta llegar a situaciones de exclusión; y personas que no estaban en una situación severa sufren ahora las consecuencias y ven empeorada también su calidad de vida.

La vergüenza o el miedo a contar esta situación y a hablar de la soledad por temor a ser juzgado o estigmatizado, es la causa más común de que se invisibilice este problema que afecta a un número cada vez mayor de personas a nivel mundial.

Recuerda que pedir ayuda es el primer paso para afrontar la depresión. Ante cualquier duda, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud, a fin de recibir un tratamiento que contribuya a la recuperación del paciente.

Por: Juan Carlos Ugarelli

13/01/2023