Braille Day: we share some inspiring stories about its use by the visually impaired

The United Nations General Assembly decided to proclaim January 4 as World Braille Day, recognizing that the full realization of human rights and fundamental freedoms relies on an inclusive written promotion.


According to the World Health Organization, an estimated 1.3 billion people around the world live with some form of vision impairment that could have been prevented or has yet to be addressed.


What is Braille?


Braille is a tactile representation of alphabetic and numerical symbols using six dots to represent each letter and number, and even musical, mathematical and scientific symbols.

This writing system is used by people who are blind or visually impaired to read the same books and periodicals as printed ones for visual reading and to ensure the communication of important information to themselves and others. It represents competence, independence and equality.


Braille is a means of communication for blind people and may be relevant in the contexts of education, freedom of expression and opinion, access to information and written communication, as well as in the context of social inclusion for blind people.


Inspiring stories


We share some cases of people or communities with visual disabilities who have managed to improve their quality of life thanks to the use of braille.


  1. Julius, South Sudan. Julius Onisente lost his sight when he was 19 years old after suffering a long illness and confesses that at that moment he felt frustrated and limited. “I knew I was capable of doing much more, but it seemed like the world around me doubted me,” he says.


Julius is currently 45 years old. After attending Level II Braille training, he confessed, “Running my hands through the dots and making sense of them is very empowering. It gives me an avenue for me to take part in this world that I know I belong to.”


  1. Ashraf, Syria. Ashraf is a 15-year-old boy, forced to flee from Aleppo, in northern Syria, to Turkey with six other members of his family. He and his brother are visually impaired. Since his arrival, Ashraf has been attending school in the Midyat refugee camp and recently finished seventh grade. He performed very well.


“I used to attend a school for the blind in Aleppo where we learnt to read braille. There I didn’t feel different from everyone else,” he said. “I want to become a psychologist one day. I’m a good listener and I often help people find solutions to their problems.”


  1. HIV prevention in Ghana. UNESCO, in partnership with the Ministry of Education in Ghana, and Ghana Education Service (GES), has produced and distributed HIV and AIDS Alert materials for visually impaired students in that country.


Ms Amina Achiaa, director of specialized education at GES, explained that students with visual disabilities were those most at risk of contracting HIV, and that they were the most likely to become victims of violence, stigmatization and discrimination. “Comprehensive sexuality education has played a significant role in helping young people develop critical life skills to take control of their lives," said Ms Achiaa.


  1. Reinier, Cuba. “I was born blind, so for me it is normal not to see,” says Reinier, who is 18 years old. “For those who lose their vision at my age, it is much more difficult, of course. I've developed as I was growing up, with the support of my family”. Claribel, his mother, has been his most faithful and extraordinary companion since he was born. She has taught him the most important lesson in his life: that his development and his dreams, just like any other child, have no limits.


For nine years Reinier attended the Abel Santa Maria special school, in which he was taught to use the cane, identify colours, play the guitar and piano, and ride a bike. He also learned history, arithmetic, and geography. He is currently studying journalism at the University of Havana. He is among the first to arrive in the classroom to sit in the front row. His classmates are still not used to the sound of his braille typewriter, which he soon hopes to replace with a laptop.


By: Juan Carlos Ugarelli

01/07/2022



Día del braille: compartimos algunas historias inspiradoras sobre su uso en las personas con discapacidad visual

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 4 de enero Día Mundial del Braille para poner de manifiesto que facilitar el acceso a la escritura es un requisito crucial para que las personas con discapacidad visual disfruten plenamente de los derechos humanos y las libertades fundamentales.


Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que aproximadamente 1300 millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de deficiencia de la visión que podrían haberse evitado o que aún no se han abordado.


¿Qué es el braille?


El braille es una representación táctil de símbolos alfabéticos y numéricos que utiliza seis puntos para representar cada letra y cada número, e incluso símbolos musicales, matemáticos y científicos.

Este sistema de escritura lo usan las personas ciegas o con deficiencia visual para leer los mismos libros y publicaciones periódicas que los impresos para la lectura visual y garantizar la comunicación de información importante para ellas y otras personas. Representa competencia, independencia e igualdad.


El braille es un medio de comunicación para las personas ciegas y puede ser pertinente en los contextos de la educación, la libertad de expresión y opinión, el acceso a la información y la comunicación escrita, así como en el contexto de la inclusión social para las personas ciegas.


Historias inspiradoras

Compartimos algunos casos de personas o comunidades con discapacidad visual que han logrado mejorar su calidad de vida gracias al uso del braille.


  1. Julius, Sudán del Sur. Julius Onisente perdió la vista cuando tenía 19 años tras padecer una larga enfermedad y confiesa que en ese momento se sintió frustrado y limitado. “Yo sabía que era capaz de hacer mucho más, pero parecía que el mundo a mi alrededor dudaba de mí”, afirma.


Actualmente Julius tiene 45 años. Tras acudir a una capacitación sobre Braille de Nivel II, confesó: “Cuando paso mis manos por los puntos y capto su significado, eso me hace sentir empoderado. Me señala el camino a seguir para poder participar en este mundo al cual sé que pertenezco”.


  1. Ashraf, Siria. Ashraf es un muchacho de 15 años, obligado a huir desde Alepo, en el norte de Siria, a Turquía con otros seis miembros de su familia. Él y su hermano tienen discapacidad visual. Desde su llegada, Ashraf ha estado asistiendo a la escuela en el campamento de refugiados de Midyat y, recientemente, terminó séptimo grado. Tuvo un muy buen desempeño.


“Asistía a una escuela para no videntes en Alepo donde aprendimos a leer braille. Ahí no me sentía diferente a los demás”, confesó. “Algún día quiero ser psicólogo. Soy un buen oyente y, a menudo, ayudo a la gente a encontrar soluciones a sus problemas”.


  1. Prevención del VIH en Ghana. La UNESCO elaboró y distribuyó, en colaboración conjunta con el Ministerio de Educación de Ghana y el Servicio de Educación de Ghana (GES, por sus siglas en inglés), materiales sobre prevención “HIV and AIDS Alert” dirigidos a alumnos con discapacidad visual.


La Sra. Amina Achiaa, directora de educación especializada en el GES, explicó que los alumnos con discapacidad visual eran los que corrían más riesgo de contraer el VIH, y que eran los que más posibilidades tenían de convertirse en víctimas de la violencia, la estigmatización y la discriminación. “La educación integral de la sexualidad ha desempeñado un papel significativo en ayudar a los jóvenes a adquirir capacidades para hacerse cargo de sus vidas”, afirmó la Sra. Achiaa.


  1. Reinier, Cuba. “Nací ciego, por eso para mí es normal no ver”, dice Reinier, quien tiene 18 años. “Para otros que pierden la visión a mi edad, es mucho más difícil, claro. Yo me he desarrollado según crecía, con el apoyo de mi familia”. Claribel, su madre, ha sido su más fiel y extraordinaria acompañante desde que nació. Le ha enseñado la lección más importante de su vida: que su desarrollo y sus sueños, como los de cualquier otro niño, no tienen límites.


Durante nueve años Reinier asistió a la escuela especial Abel Santa Maria, en la cual le enseñaron a utilizar el bastón, a identificar los colores, a tocar la guitarra y el piano y a montar en bicicleta. También aprendió historia, aritmética y geografía. Actualmente él estudia periodismo en la Universidad de La Habana. Es de los primeros en llegar al aula para sentarse en la primera fila. Sus compañeros aún no están acostumbrados al sonido de su máquina de escribir braille, que pronto espera poder reemplazar por una laptop.


Por: Juan Carlos Ugarelli

07/01/2022